Conoce la historia de la patrona de Instinción.
La Inmaculada Niña representa a la Virgen María en su infancia, símbolo de pureza, inocencia y gracia divina. Su devoción en Instinción está profundamente vinculada al sacerdote almeriense Federico Salvador y Ramón, nacido en este municipio en 1867.
Inspirado por la espiritualidad de la joven mexicana Rosario Arrevillaga, Federico fundó en 1901 la Congregación de las Esclavas de la Inmaculada Niña en Ciudad de México, con el propósito de educar cristianamente a niñas y jóvenes, especialmente las más desfavorecidas.
La congregación recibió aprobación pontificia en 1963 por el Papa Juan XXIII, y desde entonces ha extendido su misión por América y Europa, manteniendo vivo el carisma de la infancia espiritual de María.
La Inmaculada Niña suele representarse con: