San Isidoro nació en Cartagena alrededor del año 560, en una familia noble hispano-visigoda. Tras la muerte de sus padres, fue educado por su hermano mayor, San Leandro, obispo de Sevilla, quien le transmitió una sólida formación clásica y cristiana.

Fue nombrado arzobispo de Sevilla en el año 600, cargo que ocupó hasta su muerte en 636. Durante su episcopado, trabajó por la unidad religiosa del reino visigodo, promoviendo la conversión del arrianismo al catolicismo y fortaleciendo la disciplina eclesiástica.

Participó activamente en los concilios de Toledo y fue una figura clave en la consolidación cultural y religiosa de la Hispania visigoda. Su festividad se celebra el 4 de abril.

San Isidoro fue uno de los últimos sabios del mundo antiguo y uno de los primeros grandes intelectuales de la Edad Media

San Isidoro suele representarse con:

• Vestiduras episcopales, mitra y báculo.
• Un libro o pergamino, símbolo de su sabiduría y obra literaria.
• A veces con una pluma o escribiendo, como autor de las Etimologías.
• Rodeado de símbolos clásicos, como columnas o códices, que evocan su papel como transmisor del saber antiguo.

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