El día de la Virgen del Saliente viene celebrándose tradicionalmente el día 8 de septiembre, y es en la víspera, cuando se inicia la peregrinación al santuario.
Los romeros, desde diversos puntos de las comarcas vecinas comienzan su camino a pie o en vehículos de motor, ocupando estos el lugar que en otro tiempo fue destinado a las bestias de carga, mulas principalmente, que eran engalanadas para tal conmemoración dando a la fiesta un aire colorido y vistoso.
El fervor religioso hace que varios peregrinos hagan el camino descalzos, de rodillas e incluso con personas imposibilitadas en brazos.
Los donativos en metálico han ido sustituyendo a los que históricamente, se hacían en especie. Normalmente alimentos que eran compartidos con pobres e indigentes que peregrinaban a El Saliente.
La ofrenda de albahaca es tradicional en esta peregrinación, si bien en tiempos más recientes, coloridas y variadas flores acompañan a la citada planta aromática tan común en esta región del sureste español.
En la actualidad, los actos religiosos comienzan con una novena a la virgen que tiene lugar con la anterioridad necesaria para ser terminada la víspera de la romería. Estos ejercicios de devoción tienen lugar alternando las dos parroquias albojenses, la de Santa María y la de La Concepción con el propio Santuario, para una vez finalizado el último de ellos, en la noche del 7 de septiembre, iniciar la andadura hacia el alto de El Saliente.
Una vez en la basílica, y antes de que amanezca el día de celebración, las misas de peregrinos se celebran de manera casi ininterrumpida hasta el mediodía, momento en el que tras el rezo del Ángelus, se procesiona la imagen coronada por el entorno del santuario, continuando las celebraciones litúrgicas una vez que es recogida la imagen, hasta últimas horas de la tarde.