Con la ayuda de un cuchillo picamos los higos secos, después de haberles quitado el rabito.
Las almendras las tostamos en el horno y una vez frías las vamos picando en el mortero, pero no demasiado, que nos queden trozos más bien grandes.
En un lebrillo o recipiente adecuado mezclamos durante un buen rato estos dos ingredientes con las manos y además le ponemos el anís para así facilitar el proceso de elaboración.
También incorporamos el ajónjoli (que lo habremos pasado por una sartén durante unos minutos) y la pimienta.
Lo terminamos de amasar todo bien y hacemos unos rollos redondos, lo pasamos por harina y los envolvemos en papel de estraza y los dejamos secar colgados en un lugar seco y con algo de ventilación.
Al cabo de una semana, el pan de higo está listo para comer.