Lavamos las almejas y limpiamos los chipirones, quitándoles la cabeza (si son grandes) y la espina central (para luego, a la hora de comer, no nos desagrade masticarlos).
Picamos el ajete muy fino y en una sartén con aceite lo rehogamos.
A continuación agregamos los chipirones y los sazonamos. Lo dejamos freir unos minutos y añadimos las almejas.
Justo cuando estén abiertas las almejas, incorporamos el huevo batido junto con la leche y una pizca de sal.
Lo movemos sin parar, hasta que esté cuajadito, pero que no se quede seco.
Lo pasamos a un plato grande y lo ponemos en la mesa rápidamente “para comerlo en su punto”.