San Antonio de Padua nació en Lisboa (Portugal) en 1195 con el nombre de Fernando Martins de Bulhões. Ingresó primero en la orden de los Canónigos Regulares de San Agustín, y más tarde en la Orden Franciscana, adoptando el nombre de Antonio en honor a San Antonio Abad.
Su vida estuvo marcada por la predicación, la enseñanza teológica y una profunda devoción a Cristo. Fue enviado como misionero a Marruecos, pero una enfermedad lo obligó a regresar. Por azares del viaje, desembarcó en Sicilia y luego se estableció en Italia, donde se convirtió en uno de los predicadores más célebres de su tiempo.
Murió el 13 de junio de 1231 en Arcella, cerca de Padua, a los 36 años. Fue canonizado apenas un año después, en 1232, por el Papa Gregorio IX, y proclamado Doctor de la Iglesia en 1946 por Pío XII.
Su intercesión es invocada por quienes buscan consuelo, salud, pareja o justicia.
San Antonio es representado como un joven fraile franciscano, con hábito marrón y cordón de tres nudos. Sus atributos más comunes son: