La primera noticia documentada sobre la ermita se remonta a 1624, aunque se encuentra muy restaurada.
La portada exterior es simple, la puerta se abre con arco de medio punto, coronada con un luneto sobre el que se alza una espadaña sin campana. Su interior es muy sencillo, con escasa decoración en sus paredes blancas y tiene una armadura de lima.
Dice la leyenda que habiendo una epidemia de peste en toda la comarca, Albanchez quedó a salvo.
En Cantoria creyeron que era debido a la talla de San Roque y quisieron llevárselo para que les protegiera, pero cuando el carro salía del pueblo se pararon inexplicablemente. Al no poder continuar se construyó la ermita en ese lugar.