San Felipe fue uno de los doce apóstoles elegidos por Jesús. Originario de Betsaida, la misma ciudad que Pedro y Andrés, aparece en varios pasajes del Evangelio, especialmente en el de Juan. Fue quien presentó a Natanael (Bartolomé) a Jesús y quien, durante la multiplicación de los panes, cuestionó cómo alimentar a la multitud (Juan 6:5–7).
Después de la Ascensión, Felipe predicó el Evangelio en Escitia y Asia Menor, especialmente en la ciudad de Hierápolis, en Frigia. Según la tradición recogida en la Leyenda Dorada, fue crucificado boca abajo, atado con cuerdas a una cruz en forma de X, por predicar contra el culto pagano. Su martirio se representa como un acto de profunda fe y entrega.
San Felipe suele representarse con:
Su festividad se celebra el 3 de mayo.