Se celebra el primer domingo del año.
Durante la mañana se realiza el reparto de buñuelos, café y chocolate, hechos durante toda la noche anterior con esmero por las mujeres de la localidad a todos los asistentes.
Sus orígenes se remontan a la ceremonia organizada por los antiguos señores con su cuadrilla para dar por concluida la cosecha de recolección de la aceituna.
Es el preludio al posterior entierro de la zorra.