También conocidos como baños de Huécija, su origen se remonta a la época romana, donde fue utilizada como baños termales. Posteriormente, durante la época musulmana esta fuente se menciona en varias crónicas en el siglo XII.
El agua mana en el fondo de la balsa situada junto a la plaza. De esta fuente se abastecían los antiguos baños árabes, y el lavadero público.
Para mantener la calidad de las aguas, históricamente ha estado prohibido bañarse en la balsa.