El origen de estas fiestas se remonta al siglo XVIII, como promesa a su patrón San Sebastián para que les librara de la epidemia de cólera y peste que estaba asolando la región a finales del Siglo XVIII. Alicún se libró de esta epidemia y no murió nadie por su causa.
Las fiestas se celebran entre el 21 y el 28 de agosto, con diversas actividades culturales y religiosas.