Construído durante el reinado de Felipe II, se utilizaba para hacer guardia y vigilar las costas de los ataques de piratas berberiscos.
En los siglos posteriores fueron aumentando los soldados en este importante puesto de vigilancia. Hasta 1811, que fue volado por barcos británicos en el marco de la Guerra de Independencia cuando España y Napoleón iban de la mano. Estuvo derruido varias décadas hasta que se volvió a reconstruir para dar cabida a los carabineros y, posteriormente, a la Guardia Civil.
El faro, de reciente construcción, se elevó allá por 1976 sobre la torre del castillo de San Telmo, modificando su imagen por completo.