Subterráneos construídos a toda prisa por el arquitecto municipal Guilermo Langle en 1937, para proteger a la población de los bombardeos durante la guerra civil.
El refugio público comunicaba con otros refugios privados construídos en las casas burguesas, creando una red de laberintos subterráneos bajo el casco antiguo de Almería.
En un año y medio se construyeron más de 4 km de galerías, y en su interior se encontraban despensas para almacenar alimentos (debajo del mercado de abastos), incluso un hospital de campaña.
Durante algunos bombardeos dio cabida a 37.000 personas, de los 45000 habitantes que había en Almería en aquellos tiempos.
En sus paredes todavía se pueden observar pintadas de la época.