La capitulación del reino nazarí ante los Reyes Católicos (1492) se realizó en condiciones de tolerancia que pronto fueron incumplidas, provocando revueltas como las de 1499–1501 y 1568–1570.
En este contexto surgieron los monfíes (del árabe *munfí*, desterrado), moriscos que se refugiaban en las sierras y practicaban el saqueo. Entre ellos destacó Alonso de Aguilar “el Xorayque”, cuyo nombre morisco era *Mahomad el Guahra el Churayque*. Vecino de Almería, tenía familiares en la colación de Santiago y vínculos con otros moriscos de la zona.
Su carrera como monfí fue larga:
Ya en Tetuán, adquirió una embarcación y regresó a la costa almeriense. El 19 de septiembre de 1573 atacó Tahal, llevándose cautivos, incendiando casas y sembrando el terror en los pueblos vecinos. Tras este episodio, no volvió a aparecer en Andalucía.
El “perro de Xorayque”, como lo llamaban los textos de la época, se convirtió en símbolo del bandolerismo morisco y de la resistencia tras la represión de las revueltas.
Su memoria pervive en la toponimia de la provincia de Almería: