San Ildefonso nació en Toledo alrededor del año 607, en el seno de una familia noble visigoda. Desde joven mostró una profunda inclinación hacia la vida religiosa, ingresando al monasterio de Agali contra la voluntad de sus padres. Allí llevó una vida de oración, estudio y servicio, y más adelante fundó un convento de religiosas con los bienes que heredó.

Fue ordenado diácono por Eladio, obispo de Toledo, y posteriormente elegido abad del monasterio. En el año 657, tras la muerte de su maestro San Eugenio III, fue nombrado arzobispo de Toledo por el rey Recesvinto. Ocupó la sede toledana durante nueve años, destacándose por su erudición, su devoción mariana y su influencia en la liturgia hispánica.

Falleció el 23 de enero de 667 y fue enterrado en la Basílica de Santa Leocadia.

San Ildefonso suele representarse con:

• Vestiduras episcopales, mitra y báculo.
• Un libro, símbolo de su obra teológica.
• La Virgen María entregándole una casulla, en referencia a su visión mística.
• A veces acompañado por Santa Leocadia o en actitud de oración ante la Virgen.

• Wikipedia – Ildefonso de Toledo