La fortaleza árabe de Abla se construyó en el año 888, según menciona el historiador árabe Ibn Hayyan en su obra “Al Muqtabis”.
Se encuentra en la cima de la estribación montañosa sobre la que se asienta el pueblo. Presenta planta irregular adaptada a la forma amesetada, cuyos únicos vestigios subsistentes son los restos de lienzo del muro de poniente y un aljibe semienterrado.
Además de ser utilizada para la defensa de la población, ofrecía un baluarte perfecto desde el que controlar la ruta que discurría de Granada a Almería, y por su posición en altura, comunicarse con otras fortalezas aledañas mediante señales.
Tras la rendición de la villa a los Reyes Católicos en 1489, la fortaleza fue abandonada.