El mausoleo romano de Abla es el mayor exponente del pasado romano del pueblo.
Se trata de una construcción funeraria túrrica de planta cuadrada y cubierta con bóveda de arista que consta de dos partes claramente diferenciadas, la cripta dedicada a la sepultura y la cámara ritual dedicada al culto religioso.
Mención especial merece la construcción de su bóveda, ya que no existe ningún mausoleo romano hispano que tenga esta cubierta abovedada con un alto grado de integridad, dado que la mayoría conservados están provistos de bóveda de medio cañón.
Desde el siglo IV fue reutilizado como vivienda, posteriormente, durante el periodo musulmán, se vio transformado en torre-fuerte con un carácter defensivo y desde el siglo XVI se transforma en ermita de San Sebastián, hasta cercanas fechas, funcionalidad religiosa que ha salvado la estructura original de la destrucción. Sin embargo, su grave deterioro y amenaza de ruina, ha obligado a su “rehabilitación” utilizando acero corten.