Hasta la entrada en vigor de la ley que dejaba exento a los jóvenes de realizar el servicio militar obligatorio, los jóvenes que eran llamados a filas, antes de irse a hacer el servicio militar, celebraban una pequeña fiesta en la que se sacrificaba un carnero.
Esta festividad suele tener lugar la semana anterior al día de San José.
Con la nueva ley en vigor, actualmente los jóvenes que cumplen la mayoría de edad en el año, se reúnen, sacan una pequeña vaca por las calles del pueblo, a la cual será sacrificada en la tarde del sábado. Seguidamente celebran una fiesta con orquesta en el salón social en la que recaudan el dinero que han invertido en la vaca, los cohetes y los trajes.
La vestimenta de los llamados quintos consta de un chaleco negro sobre una camisa blanca, una boina con lazos de colores, pantalón negro y una bota de vino.
Es costumbre que los quintos hagan una procesión con el patrón San José desde su ermita hasta la iglesia, con el objetivo dejar el santo custodiado en la iglesia para su posterior procesión.