Inició su construcción en 1501 tras la conquista del Reino de Granada. Inicialmente su diseño era muy simple.
Con el aumento de habitantes y la creciente pujanza de la población, el arzobispo decide ampliarla, adosando una cabecera y eliminando la cubierta mudéjar por bóvedas de ladrillo, con el fin de evitar que la madera se incendiase durante los frecuentes ataques de los piratas berberiscos y turcos a la poblacíon.
Fue saqueada e incendiada en 1620. Durante su reconstrucción en años posteriores se optó por conferirle un carácter de fortaleza, con la inclusión de un parapeto.
La iglesia sufrió una nueva remodelación en el Siglo XVIII, procediendo al derribo de la primitiva iglesia y confiriéndole la fisonomía actual.