Conocido como Molino de la Villa, de Montecristo y, finalmente, del Lugar, por el pago donde se ubica, estuvo situado inicialmente al pie oriental del cerro de Montecristo, junto al antiguo cauce del río. Propiedad de doña Mª Teresa Gnecco Costa en 1752.
Se trataba de un molino hidráulico que utilizaba el agua del río para mover la maquinaria. Una riada destruyó el molino a inicios del Siglo XIX.
El molino fue reconstruido en su ubicación actual para mantenerlo a salvo de las inundaciones en 1814, pero debido a varios pleitos no fue hasta 1817 que pudo concluirse su construcción.
Históricamente ha molido principalmente trigo y maíz. Ha estado en activo hasta 1970. Ha sido rehabilitado, y actualmente es la sede de la sección etnográfica del Museo de Adra.