La primera referencia a esta fiesta se remonta al Siglo XVIII, vinculados con las fiestas patronales. La tradición se mantiene, con altibajos, hasta 1920, en que desaparece.
A finales del Siglo XX, un grupo de jóvenes se propone recuperar la tradición. Para ello contrastan textos empleados durante las representaciones con la memoria de los más ancianos de la localidad.
Desde ese momento, se llevan a cabo la representación por las calles del pueblo, con los textos y vestimentas de la época.