Situada en el punto más alto de La Loma de Albox, fue fundada por los franciscanos como colofón de un artístico Vía Crucis en el Siglo XVIII.
Posteriormente en su explanada se sitúo el antiguo cementerio de la población.
Totalmente destrozada durante la guerra civil, fue reedificada según diseño de don Bartolomé Marín, canónigo natural del barrio con amplia trayectoria artística.