Finalizada su construcción en 1720, está compuesta por una nave central decorada con frescos y un camerino adosado a la izquierda, las cuales pudieron servir como casa del ermitaño y sacristía.
Aunque inicialmente dedicadas a San Sebastián y San Ildefonso, en escritos también se mencionan que en esta ermita también se profesaba el culto a la Virgen del Mar y Santa Rosa de Viterbo.
La ermita se encontraba en un estado de abandono, y en 1998 con aportaciones particulares se procedió a su rehabilitación como lugar de culto y centro multiusos