En realidad, se trata de la confluencia de 3 ramblas (Obispo, Belén y Amatisteros).
Durante el siglo XIX fue denominado en la mayoría de planos de la ciudad como “rambla del Obispo”, así como “rambla de los Arquitos”, por una finca que se encontraba en su zona alta en la que había una fuente para uso público.
En 1891 se produjo una gran riada, que provocó numerosos daños materiales y personales. Por ello, en 1897 se produjo su encauzamiento, culminando la obra con el monumento a la Caridad, en memoria a las víctimas.
Este encauzamiento dividió la ciudad en 2 partes, con las limitaciones que ello conllevaban. Debido a que la mayor parte del tiempo su cauce estaba seco, era utilizado tradicionalmente como aparcamiento público, produciéndose daños en caso de lluvias copiosas.
Entre 1994 y 2000 se llevaron a cabo las obras para embovedarla, para lo cual hubo que construir 8 presas en la cabecera para controlar las avenidas y su desembocadura en el puerto. Se ha creado así uno de los más importantes ejes norte-sur de la capital.
Como elementos característicos ubicados en la rambla se encuentran: