En el siglo VIII, una tribu perseguida desde Córdoba se refugió en Castro, y aquí montaron su campamento. En latín “Castro” significa “campamento”, de ahí el nombre de este municipio.
Gran parte de la masa forestal del municipio fue utilizada mayoritariamente para los hornos de calcinación de mineral durante la segunda mitad del siglo XX.
La vega de Castro de Filabres ha quedado reducida a pequeñas huertas de árboles de secano como almendros u olivos.